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martes, 15 de septiembre de 2015

5 quinces del nueve

Ya 5 años... ¡Tanto!...O quizás ¡tan poco! Es curioso lo mucho y poco que me parece a la vez. 

En ocasiones tengo la impresión de que nunca ocurrió, como si no hubiese existido jamás, como si todo lo acontecido en mi vida antes de ese día no fuese mi vida, solo un recuerdo ajeno, lejano y confuso que terminaba cerrando una puerta tan maciza...,tan opaca..., sin mirillas que permitan chusmear. 

Sin embargo otras veces ocurre algo, un sonido, una luz, un olor, algo que la trae de vuelta como un torbellino tan arrollador, que no me da tiempo a recordar que ya no esta y tengo el absurdo reflejo de pensar en llamarla o ir a verla, milésimas de segundo después me siento absurda, desolada... ¡qué coño!... ¿Cómo es posible después de tanto tiempo?...¡O tan poco! 

Después de 5 años sigo echándola de menos, sobre todo en los buenos momentos, esos que hubiese merecido vivir, que tanto la hubiese gustado compartir conmigo, los malos ya me los guardo que ya tuvo los suyos. Sigo necesitándola cuando menos la necesito y sigue haciéndome feliz la idea de parecerme tanto.

Desde que abrió la veda me lo lloro todo, pero también me lo río y si me deja la vida la disfruto, o la meto mano como diría Sabina. Esto lo descubrí después de pensar que nada de "queporbiennovenga" tenía todo aquello. ¡Qué osadía contradecir al refranero! como si no llevase a sus espaldas mas vivencias de las que yo podría tener naciendo 10 veces.

Un año mas asumo que esto es lo que hay, me rebelo ante el olvido, reclamo mi dolor como ancla para el recuerdo y me permito unas lágrimas con la gran fortuna de sentirme rodeada de quienes no dudan en enjugarlas, no está mal como "queporbiennovenga", no?





lunes, 9 de marzo de 2015

Instintos absurdos

Hoy me acordé de algo que muchos años atrás me dio por pensar. Por algún motivo, seguramente muy absurdo, creía que moriría antes de los 40, algo que, y esto sí que es demencial, no me parecía del todo mal. 
No creo que fuese por dejar un bonito cadáver, como mucho resultón si me pillaba arreglada. Más bien, supongo, por la inconsciencia propia de la juventud que hace pensar que los 40 están tan lejos;  y por la escasa, casi nula, confianza en eso que llaman sexto sentido y que en mi caso nunca vino de fábrica.
Ahora, a escasas semanas de llegar a esa edad, llámenme rara, lo cierto es que no me apetece un pelo morir. Curiosamente, y con todo lo que me haya podido quejar a lo largo de todos estos años, me gusta mi vida..., me gusta mucho. Claro que hubiese evitado algunos malos tragos pero aun así a día de hoy, no me cambiaría por nadie.
Así, a pesar de llevar la contraria a grandes cantautores de este país, si la  Parca tuviese en estos días intención de visitarme, ni me lleven al sur, ni arrojen al mar mi barca con un levante “invernal”,  mas agradecería una solicitud formal de otorgar  a este organismo vivo otros tantos años que tanta curiosidad me producen. Total para un ser al que el tiempo no persigue, poco esfuerzo le debería suponer este tipo de concesiones.

No sé por qué hoy me he acordado de esto, y ahora me enfrento a estas dos semanas con la absurda sensación de incumplir un tétrico compromiso de algún modo adquirido tantos años atrás, condenando definitivamente ese instinto juvenil tan osado como macabro
 ….mmmm….que le den

miércoles, 31 de diciembre de 2014

Descubriendo...

El año pasado decidí que no iba a hacer balance de los años que fuesen pasando, ya fuese en mi calendario personal o en los que marca el reloj de Sol a ritmo de uvas. Pero a quién quiero engañar…, aun pensando que no lo hacía, en mi mente se escurrían ideas y datos que procuraba esquivar y desechar siendo más forzado no hacerlo que sucumbir a dar una nota, adjetivo o palabra al periodo cerrado.
 Así, hace solo unos minutos, cuando volvía del interminable aperitivo nocheviejero, con todas las tareas a realizar estresando mi cerebro, y que aun me aguardan; esa parte de la cena que para desgracia de mis acompañantes me tocó, vestirme con algo bonito porque hay que celebrar todo lo celebrable y pintarme el ojo porque es algo que siempre me gustó, me asalto la palabra que mejor define este año.
Año en el que, para mi fortuna, tanto he descubierto. Tan simple y tan complejo. Sí, he descubierto, en todos los sentidos,  gente que ha entrado y salido, lugares que me han maravillado, actividades nuevas que me enriquecen, gustos, disgustos, sueños, música… 
No puedo escribir sobre todos, y no quería cerrar el año sin dejar algo, a pesar de la escasa imaginación que me ronda últimamente, así dejo uno de mis descubrimientos en forma de música poco navideña.


Feliz 2015, la niña bonita…


jueves, 25 de septiembre de 2014

Mamá me pongo a trabajar porque si me apetece un cuerno de chocolate, me lo compro (Reposición para ella)

Así de básica y contundente, tras años de esperar ocasiones especiales y visitas para abrir el surtido de galletas de chocolate, cuya visión ejercía de campanilla pavloviana para los cuatro niños y no tan niños que esperaban ansiosos, salivando, el momento de ver desprecintar aquel tesoro.
Eran tiempos difíciles y aquellos muchachos y no tan muchachos, aunque no podían evitar el ramalazo infantil de querer lo que se desea al margen de toda razón,eran conscientes de que había que callar y arrimar el hombro.
Aprendieron pronto, demasiado pronto, que el serrín es terrible cuando entra por la nariz, pero que rellena muñecas de trapo que sonríen aun cuando se les está clavando una aguja.
Después fueron las pinzas, esas endemoniadas que despellejaban los dedos y los llenaban de padrastros, contar, unir, colocar para introducir los muelles en aquellas bases de metal macizo con piezas soldadas, que nada tenían que ver la una con la otra, y que seguramente habían sido ideadas y construidas por algún pseudo-ingeniero frustrado y sin recursos cuya genialidad era despreciada por una sociedad incapaz de dar cabida a su 'arte'... Eran miles, y no se podía bajar a jugar hasta que se acabaran, eran tiempos difíciles y todos lo sabían, así que no dudaban en decir a sus amigos que bajarían más tarde mientras miraban mordiéndose el labio inferior, como sus amigos se iban con el balón bajo el brazo.
Así de básica y contundente fue esa muchacha que tuvo muy claro lo que había y lo que debía hacer. Tan morena que podría pasar por india, lista y con notas estupendas en los primeros años de instituto que mantuvo hasta el final de la carrera. Sabía que tenía que salir de la cadena de montaje casera y buscar fuera la mejor manera de hacer aquellas cosas que deseaba. Eran tiempos difíciles y esta niña no tan niña abría las puertas de lo posible, que todos, poco a poco fueron atravesando con mejor que peor suerte.
Años después, no hay reproches, resquemores, ni traumas solo recuerdos cargados de ternura, comprensión y nostalgia, eran tiempos difíciles y todos sabían lo que tocaba; años después distando mucho de ser niños aún recuerdan cuando se juntan y ríen levantando las cejas al comparar con sus hijos y sobrinos que, afortunadamente, nunca sabrán lo mucho que pica el serrín en los ojos 


Reposición para la mejor hermana posible, aunque no sepa de este espacio, porta el mismo cariño... Feliz cumpleaños!

lunes, 15 de septiembre de 2014

Cuarto 15 de septiembre...

Cuando llegan estas fechas, inevitablemente, me vuelvo taciturna, sobrellevo retorcimiento visceral reconocible, callo de más y me repliego discretamente, para no dar lugar a las preguntas que subsano y evito responder usando el socorrido "será el síndrome post-vacacional" que acompaño con una sonrisa tranquilizadora, y que tan bien me ha venido estos últimos 4 años... en realidad 3, el primero nadie preguntó.
Han pasado ya 4 años. 4 años de sensaciones que han ido mutando y condicionando mi forma de ver el mundo. Es curioso como en nuestra vida casi todo evoluciona hacia estadios que nos sorprenderían, del mismo modo que ocurre con las relaciones personales.
Recuerdo con ternura la nuestra. En principio, claro, basada en el amor por su parte y la necesidad mas básica y absoluta por la mía. Poco a poco pasaría a ser lo mas importante de mi vida, mi guía, mi punto de referencia, justo antes de que yo entrase en esa extraña y beligerante edad que la convirtió en mi mayor enemiga. Qué edad tan fascinante, tonta y afortunadamente pasajera. 
Mi primer momento de madurez nos llevó a la complicidad, a una visión más humana y real de su persona, sin endiosamientos ni odios, fue en ese momento en el que descubrí a la Mujer, al margen de parentescos. Conocí la vida de alguien a quien había mirado siempre como si no supiese, ni remotamente, lo que significaba vivir para sí misma de un modo pleno..., qué afortunadamente equivocada estaba.
Pocos años después cuando menos la necesitaba y mas cerca la quería, se dio ese periodo maravilloso, que duró lo que la naturaleza, rotunda, decidió. Me miraba como una igual, con serenidad y cierto orgullo. Poco a poco dejaba de ser la persona poderosa y reguladora, mostrándome a alguien mas real, tierna y cargada de emociones de mujer similares a las que yo sentía. En ese momento descubrí una profunda admiración hacia la gran mujer que tenía delante de las narices y no había sido capaz de identificar durante tantos años. Era tan afortunada y estaba tan orgullosa que disfruté, lo que el tiempo me concedió, de aquella fascinante mujer que siempre mantuvo su base de nuestra relación en el más desinteresado amor.
Hoy vuelvo a sentir raro, a tragarme las ganas entender en qué consiste esto y procurar aceptar según qué cosas sin más, por mucho que me joda.
Hoy, como cada día, vuelvo a echarte tanto de menos, quizás un poquito mas por ser hoy.
Hoy se me permita estar un poco cabreada con el mundo, ya mañana paso a otro estadio, pero es que hoy me cuesta un poco ver el sol. 


lunes, 21 de julio de 2014

¿Quién parará la lluvia?

-“¿Qué ha sido eso?”
-“No sé, algún petardo”-
No, eso no era un petardo, notaba como la tripa se me encogía por  momentos y la sangre disparaba mis movimientos llevándome casi al desmayo mientras corría hacia la ventana- “Algo ha ocurrido en el portalón”.- Un humo gris negruzco salía de aquel espacio donde lo chavales jugaban a la pelota y a las cartas para refugiarse de la lluvia estival.
Noté como se me paralizaban las articulaciones, el polvo se metía en mis ojos impidiendo que pudiese abrirlos y un grito ahogado se anudaba en mi garganta. Hay que sacarlos de allí, pensaba mientras mis piernas no obedecían a un cerebro que chillaba dejándome sorda que corriese. 
Oía los gritos desgarradores,  todo en la calle tornó en blanco y negro y yo seguía sin conseguir llegar al lugar, el llanto quebraba aún más mi garganta y la impotencia de no dominar las piernas  me estaba volviendo loca. -“Alguien ha dado a un botón y lo ha hecho explotar”- Pero ¿de qué hablaban? No entendía nada, solo quería gritar, correr y..., por favor, solo quería que llegar a aquel lugar que cada vez parecía más lejano…

En ese momento desperté, agitada, nerviosa, con un dolor extraño en la garganta y Los Ramones sonando descontrolados en mi móvil –“tengo que cambiar esta alarma”-pensé.  Todas las mañanas pensaba lo mismo. Seguía nerviosa, pero agradecida de que todo hubiese sido solo un sueño. Me levanté y fui como todos los días, escasamente despierta, a preparar el café y la ducha. Encendí la radio para escuchar como cada mañana el resumen de las noticias y entonces  lloré, “ esta noche ha tenido lugar la ofensiva más agresiva en Gaza causando numerosos muertos entre ellos decenas de niños…”,  “enormes dificultades para la recuperación de cuerpos tras el derribo del avión malasio en Ucrania… “

 ¿Qué nos está pasando? El ser humano siempre ha sido bélico pero nunca con una capacidad tan destructiva. Presumimos de haber evolucionado, de ser conscientes del valor de la vida y capaces de organizarnos para crear. Es terrible saber cuan reales son estos sueños, escenas que se repiten con una pasmosa normalidad en multitud de países aparte de los mentados como Siria, Sudan, Yemen, Irán, Mali, Somalia, Pakistán , Afganistán..., por mencionar solo algunos, y que actos salvajes: secuestros masivos de niñas, asesinatos indiscriminados, palizas por raza, sexo o condición sexual, bombardeos, tortura...,que tienen lugar a diario. Con la misma normalidad que ocurren, se cuentan y se interiorizan en otras partes del mundo y, para nuestra vergüenza, no pasa nada.

¿Cuándo hemos dejado de llorar por estas cosas? ¿Cuándo ha dejado de erizarnos el vello? ¿Cuándo hemos dejado de tener apego por las vidas del otro lado de la pantalla? Recuerdo la emoción que sentí cuando al final de Blade Runner entendí que un replicante tenía el apego y la fascinación por la vida que los propios humanos habían olvidado... qué triste sentir que, en realidad, no es algo tan imaginario...


viernes, 23 de mayo de 2014

Quien me ha robado el mes de...

Más bien los meses, que ya llevo unos cuantos...mmm... demasiados, de esos que no recuerdo o reconozco. Así llegada a estas alturas del año sigo fechado con 2013 en más ocasiones de las justificables, restándole espacio al que por derecho debería ocupar su lugar.
Como últimamente estoy de buen humor, estoicamente asumo mi taza y media, comprobando que hasta podría gustarme este ritmo frenético, que no me preocuparía si no fuese porque la semana pasada dí los buenos días a mi reflejo, que automáticamente me cayó genial y me confesó que igual debería bajar un poco el ritmo o corría el riesgo de olvidarse de mí.
No es una excusa por haber abandonado temporalmente el ritmo por estos lugares, o igual sí, en cualquier caso dejemos que lo compensen esas temporadas en las que estaba tan pesada, y las que previsiblemente vendrán…o no…ya veremos.
Me propongo eso sí, sacar tiempo para soñar, no vayamos a perder las buenas costumbres

Feliz fin de semana y no se olviden de soñar...



sábado, 5 de abril de 2014

De lo bueno...

Desde hace semanas, quizás desde aquel bonito día que finalicé con el gran Cézanne, maravilloso a pesar de la escasez de la muestra que la baronesa tuvo a bien ofrecer, tengo la impresión de poder volar. 
Colores y texturas
Un día que disfruté, acompañada de mi morena preferida, recorriendo las telas de Atocha: sedas, gasas, muselinas, brocados, satenes... sin otra intención que, que la única heredera de los dedos Castro honrase su memoria para beneficio de mi torpeza, que solo puede aportar en la elección adecuada de tejidos gracias al tacto, no tanto heredado como a la fuerza adquirido, tras años pintorrejeando retales con el trozo de tiza rosa que me dejaba para jugar a imitar sus patrones, por supuesto sin ningún éxito. 
Sí, creo que es desde ese día en que la primavera daba un puntapié al invierno y yo sentía como se liberaban sensaciones y sentires,  como si esperase miuras a  porta gayola y sin larga cambiada dejando que me arrollasen deliciosamente.
Me gusta pensar que fue ese día en que retome entente cordiale  abriendo mis ventanas al polen a cambio de energía y horas de luz, cuando comencé a sentir que la vida decidía ser especialmente generosa conmigo y que, dure lo que dure, concedía crédito a mis deseos de un modo sorprendente.
Hoy, lamentablemente, soy conocedora de una terrible noticia que afecta a alguien a quien conozco y que me muestra de nuevo en qué consiste esto. 
Hoy, día raro,  vuelvo a descubrir lo efímero y caprichoso de lo bueno y de lo malo, y  por eso hoy, mas sensible al cambio decido, para tensura de supersticiosos que auguran malos farios ante el reconocimiento, hablar bien alto de mi buen momento, desafiando suertes, no se si por la arrogancia de quien se cree tocada por la fortuna o para no olvidar y tener reservas de tiempos buenos cuando los malos vuelvan a cruzarse en mi vida. 
Como dice el gran tema que me acompaña: "quién iba a decir que sin carbón no hay reyes magos"

martes, 24 de diciembre de 2013

Uno de navidad, que no navideño

Todos tenemos nuestro recuerdo personal al que acudir cuando queremos sentirnos más alegres o miserable en días como hoy. Fechas en la que,los que no celebramos nacimientos mesiánicos, disfrutamos sobre todo, como una relación simbiótica, de la ilusión y entusiasmo de los niños; de unos días de vacaciones y de una serie de comilonas indecentes y continuadas  antes del 31, no vaya a ser que tras la última uva se acabe el mundo y no hayamos compartido mesa con todos los que por nuestra vida pasaron, aunque fuese solo para estos eventos.
Siempre hay algún cenizo que se empeña en convertir fechas de justificada celebración en el peor de los tostones, algo casi trágico, como si el simple hecho de aparecer como tales en el calendario hiciese de sus vidas un castigo.
Del consumismo ni hablo, demencial se mire por donde se mire.
También están los de excesivo happismo, con todo tipo de complementos, gorros de papá Noel, cuernos de reno, panderetas, zambombas..., esos que se empeñan en que escuches durante horas villancicos cantados por adultos con voz de niño pera... ¡qué grima! Que hablan de solidaridad, amor, fraternidad...como si en marzo, bonito mes, no tuviesen cabida, o como si enero o agosto no fuesen momento de desplegar bondades.
Yo hoy me he levantado tendiendo a cenizo, sé que, a pesar de no ser muy navideña, es la gripe que ha invadido sin piedad mi organismo la principal culpable de ello y que, con el nuevo año, se irá al carajo pero, hasta entonces, mi yo cenizo me ha traído, como todos los años, el peor de los recuerdos de este día,  para hacerme dar cuenta de que, más que nunca, hay que celebrar.
Recuerdo inevitable, para mí y para aquellos que, desde una noche como la de hoy,  ya hace 23 años,  nos estremecemos al pensar en la injusta lección que aquella joven de cabellos dorados, nos daba desapareciendo de nuestras vidas a causa de un nosequé' autoinmune, sin que nadie entendiese nada. Nos demostraba que a los 15 no todo era posible, que había cosas que no solo les ocurría a otros, que no todo se podía resolver acudiendo a adultos, que hay que decir a los demás lo que se sientes antes de que sea tarde,  y que, desde luego, no éramos inmortales.
Así, a pesar de mi yo cenizo y de las ganas de amputar esta ingrata y despellejada nariz que hace que mi voz suene gangosa, solo quiero celebrar, porque si la vida decide joder, lo hará sin piedad, y no estamos para tirar días de disfrute justificado como si tuviésemos otra vida en la mochila o esto se tratase de un ensayo general.

Felices fiestas y celebrad, celebrad todo, justificado o no, celebrad siempre que tengáis la oportunidad y, sean cuales sean vuestros motivos, celebrad.  

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Hoy ha sido un día absurdo, no digo malo, solo absurdo

Hoy he tenido un día valleinclaniano o amanecequenoespoconiano. Tanto que no me hubiese sorprendido encontrarme, reclamando Góngora, a un señor con larga barba de nombre Garcinuño plantado en una de las macetas de mi terraza, o a un tipo de ojos saltones pidiendo que le cambiase el papel vital mientras una asamblea de mujeres elige puta del pueblo para el año en curso.
Hoy me he quedado dormida y cuando esto pasa llego tarde a todas partes, incluso a mi propia vida, no consigo recuperar los minutos perdidos, sin embargo, no ha sido un mal día, solo absurdo. 
Salí corriendo de casa, y sí, digo de casa porque no pude ni llegar a la escalera. Una mujer que decía ser la madre de la chica del segundo me sometía al mejor placaje de la historia. " Encantada señora pero temo que tengo prisa". Nada importaba, fue imposible salir del rellano hasta que terminó de lamentarse por la fatalidad de tener un vecino que no paga la comunidad. Vaya, con semejante recordatorio a primera hora de la mañana, desde luego que me siento mucho mejor.
Al llegar al trabajo, reunión sorpresa en Guadalajara, y yo con estos pelos, me llevan, escucho, expongo, me traen... hasta aquí todo bien, eso sí, el re
torno digno de Ulises. Mas de una hora y media en la que carteles de A2 aparecían y desaparecía misteriosamente. Nunca un objetivo estuvo tan cerca en distancia y tan lejos en  tiempo. Por algún motivo llegamos a Rivas y ya nos veíamos disfrutando de la playa en Valencia, cuando milagrosamente aparecimos en la M40 donde mantuvimos la respiración contenida hasta llegar a nuestro destino, por si algún giro extraño del mismo lo hiciese, por capricho, desaparecer.
La comida bien gracias, con cigarro pasivo al sol, desde que no fumo acompaño para que me de el aire y, con suerte, algo de aquel humo desechado por los que realmente ejecutan.
 Al salir del trabajo, paseando con una amiga un señor nos ladra un guapas que nos hace saltar hacia atrás, a punto del paro cardíaco o la desfibrilación ventricular. ¡Qué necesidad oiga! Se agradece el piropo pero mida la intensidad, tal y como están las cosas semejante derroche sanitario resulta inadmisible. 
Por último, volviendo a casa en metro, una mujer joven de apariencia y acento cubano nos grita que Jesús nos ama y que el reino de dios está cerca. Seguidamente lee pasajes de la biblia con unos pulmones que ya los quisiera Phelps. 
Me puse a buscar sin suerte,  la cámara que obviamente debía estar siguiéndome desde que, a pesar de tarde, tuve a bien levantarme. 
Acabo de llegar a casa y, aun a riesgo de pasar por algún otro suceso extraño he decidido dedicar un tiempo a narrarlo, para ser consciente de nuevo de mi tendencia al absurdo...menos mal que, por fortuna anochece...que no es poco.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Efecto Sabrina

No entendía nada. Aquella noche, en el mismo Cuarta Avenida donde habían transcurrido tantas noches desde que traspasó la puerta por primera vez, ya hacía mas años de los que podía recordar, algo era distinto. 
Aquel lugar donde las caras, la música y casi las posiciones permanecían inmutables. Donde el estatismo casi monolítico hacía predecible el transcurso de cualquier velada, generando un sentir de “fácil". En aquel lugar donde siempre estuvo como en casa, esa noche de terraza cuando el calor por fin daba un respiro y donde los Rolling seguían sintiendo simpatía por el diablo, algo era diferente. Algo que la sorprendió. 
Nunca pudo entender por qué, a su vuelta tras varios años fuera, aquellas personas que jamás la habían dedicado una mirada en el pasado, no se separaban de ella mostrando una confusa admiración, incluso violenta, con un descaro que no les reconocía en el pasado. 
Sería por los kilos que había adelgazado, quizás por su nuevo estilo, pero lo determinante no era eso, era otra cosa, el verdadero cambio estaba en su mirada, la sonrisa de sus ojos y la seguridad al mantenerla. Algo en su actitud había cambiado y era consciente, pero no estaba preparada para gestionar el cambio en los que allí se encontraban. No estaba acostumbrada a ser observada de aquella manera y desde luego, no estaba acostumbrada a mirar, no allí, no por ellos. 
Aquella noche, sin copas de champagne en los bolsillos, Él se acercó y se la llevó dentro, cerca de la mesa de billar, para hablar a solas. 
-Cenas conmigo el viernes!- había cosas que no cambiaban, pensó ella, esa seguridad de afirmar las preguntas, muy propio de la chulería de quien no tiene costumbre de recibir noes. Dios, hubiese matado por esa proposición años atrás, en aquel tiempo en que él ni siquiera hubiese sido consciente de su presencia, de su adoración. Le miró con cierto pasmo y curiosidad. 
-¿Sabes...? Lo cierto es que ya no tengo hambre- le contestó. 
 -No- sonrió -si digo el viernes...- estaba confuso, no entendía muy bien su respuesta. 
 -Ya- Le dedicó una cálida sonrisa mientras subía la cremallera de su cazadora -creo que no Juan-. 
 Se acerco a despedirse de Antonio, que ya sacaba medio cuerpo por encima de la barra para besarla como siempre había hecho. 
-¿Volverás mañana?-la preguntó. 
- No lo se Antonio- su mirada hablaba por ella.
- Hey, se muy feliz, ¿vale?-.
- Tu también-.
Salió a la calle por la puerta de atrás y encendió un cigarro -algún día tengo que  dejarlo- pensó, pero no aquella noche, en ese momento necesitaba algo estable, algo de normalidad. 
Se ajustó el pañuelo al cuello y caminó hacia casa buscando que el viento, ya mas fresco, se deslizase por su cara. Respiró profundo y siguió caminando - que curiosa puede  ser la vida- pensó - definitivamente tengo que salir de aquí...igual no debí volver...- pero sobre todo sentía que reencontrarse con su David Larrabee personal, no había sido precisamente lo que ella esperaba.

sábado, 7 de septiembre de 2013

De amistades y apegos

Una de las cosas que me gustan del  retorno a rutinas, algo bueno tenía que tener, es el reencuentro con  aquellos a los que el verano aleja temporalmente de tu vida. Ayer retomé charla cervecera después de clase, algo tranquilo y sin pretensiones que raramente me deja  neutra. Tema del día: el tratamiento de los amigos.
Yo reconozco una cierta visión infantil de la amistad. Por suerte o por desgracia soy persona de apegos y me gusta valorar a los que forman parte de mi vida de un modo continuado y cercano, cada uno en su medida en función de intimidades, querencias, vivencias y valores compartidos. Así, afortunadamente, siento que hay quizás mucha más gente de la que merezco cerquita de mí.
La conversación de ayer sin embargo no iba por esos derroteros, más bien iba dirigida a aquellas personas que formaron parte de nuestras vidas y que por algún motivo han desaparecido. Alguien comentó que, si las personas que la rodeaban no le daban al menos lo que ella ofrecía no tenían cabida en su vida y se deshacía de ellas sin más.
Me pareció espeluznante, ya dije que yo soy de apegos. Por un lado ese lanzar al olvido a alguien con quien se ha compartido experiencias, confidencias, tiempos y espacios de un modo tan gélido me pasma. Digo yo que haber formado parte de la vida de alguien, si no ha habido daños de por medio, debería dejar siempre un pequeño espacio en el wall of fame vital de aquellos. Me parece demasiado triste sentir que hay personas que fueron tan importantes y que nuestra aportación no haya dejado absolutamente ninguna huella.
Por otra parte nunca pensé que hubiese que exigir a los demás lo que damos, no quisiera yo imponer, más bien soy de la creencia de que  hay que aceptar o no  lo que cada uno está dispuesto a dar.
Es curioso ver las muy diferentes formas que tenemos de ver las “mismas” relaciones personales.

Yo me quedo mis apegos y cedo espacios en mi particular wall of fame para todos aquellos que por aquí pisaron fuerte, aportando algo en positivo y siempre desde el cariño.

sábado, 4 de mayo de 2013

Reality bites

   Últimamente he de reconocer cierta pereza social-cibernética. No es que haya dejado de gustarme la comunicación a través de estos medios, que siguen fascinándome, todo con medida claro,  creo que han hecho mucho bien para mantener contactos que de otro modo hubiesen terminado siendo un “qué habrá sido de….?” Y desde luego, en un mundo en el que nunca sabes dónde acabarán tus pies, se hace menos dura la distancia si ponemos  la tecnología a nuestro servicio.
   Yo soy más de piel y no suelo hacer pereza para ver y poder tocar a aquellas personas que forman parte de mi vida de un modo más activo, es una necesidad, así me cruzo Madrid, y cuando puedo España e incluso Europa para visitar, o al menos tomar un café con la sinceridad, calidez y  amabilidad que dan unos ojos, un gesto o una caricia.
  Esta pereza social, ojo que no cibernética en sí, se ha visto incrementada desde que he descubierto que el 80 % de los, llamemos “estados” que veo publicados son: frases célebres, párrafos de libros de autoayuda, consignas políticas, fotos terribles que te colocan en una posición deleznable si no das a “me gusta”
(paradójico), el último  anuncio de a saber qué, que han decidido que te gusta muchísimo… en fin, igual soy rara pero no me divierte como solía hacerlo, tengo la impresión de que se ha perdido en frescura y cada vez encuentro menos chicha de fabricación casera, que igual no tenía frases tan impactantes, pero sí me parecían más reales.
  Me siguen gustando las fotos, música, noticias, algún chistecillo o vídeo cachondo, pero echo de menos cuando se ponían trocitos de realidad que te permitía saber de la gente más allá de lo que es correcto o no contar, de lo que nos hace aceptables o incluso geniales a los ojos de los demás. Hoy he visto la foto de un conocido facebookiano y he de reconocer que me ha sacado una sonrisa, era de París, con el comentario, "de aquí nos trajimos a M.." (su hija de pocos meses). No me considero especialmente curiosa y claro, ya sabía que los niños vienen de París :), pero me ha encantado, tenía esa frescura que tanto echo de menos últimamente...

sábado, 27 de abril de 2013

De recuerdos y momentos

Ayer, después de clase, en esas charlas cerveceras tan terapéuticas, donde dejas resúmenes semanales, miserias, alegrías y sobre todo te llevas muchas risas, una compañera y buena amiga, motivó esta entrada.
Después de narrar una hilarante historia de su periplo adolescente, dio un trago a la cerveza, elevó las cejas, suspiró y dijo: siempre que hablo de estas cosas tengo la impresión de estar hablando de otra persona, como si nunca lo hubiese vivido e inventase historias que nada tienen que ver conmigo.
Es curioso cómo se nos difumina el pasado, cómo lo que fue tan importante, urgente, alegre, triste, único..., se convierte en una especie de "vida de los otros" cuando el tiempo pone espacio entre esos momentos y el que vivimos ahora.
También me dio que pensar, de unos años a esta parte, me he esforzado por dar un valor especial a los momentos, vivirlos con intensidad y no perdérmelos para luego recordarlos mejor de lo que los viví.
Cuando salimos del bar, pasada la media noche, descubrimos que llovía con intensidad, era una de esas noches que tanto gustan a un gran contador de historias que sigo ávidamente por aquí. Me dirigí a casa bajo el paraguas, acelerando el paso, casi a punto de correr, entonces me di cuenta. Siempre me gustó, cuando no hace frío, sentir el agua de la lluvia en la cara, sin orden, torpedeando sutilmente sin mirar dónde caen hasta empapar y notar como las que sobran resbalan hasta la nariz y la barbilla para inevitablemente mezclarse con el resto y desaparecer. En ese momento paré, retiré un poco el paraguas y me dispuse a disfrutar del momento, con los sentidos a tope para impedir en la medida de lo posible, que cuando se convierta en recuerdo parezca no pertenecerme.
Alguno debió pensar que estaba loca, yo prefiero verlo como esa osadía que da el hacerse mayor y que no es concebible en edades más tempranas, donde las vergüenzas mandan, lo cierto es que poco me importa. Ese pequeño gesto hizo que llegase a casa con la sensación "genekellyniana" de haber pisado todos los charcos con una sonrisa casi indecente en los labios.

domingo, 7 de abril de 2013

Mamá me pongo a trabajar porque si me apetece un cuerno de chocolate, me lo compro

Así de básica y contundente, tras años de esperar ocasiones especiales y visitas para abrir el surtido de galletas de chocolate, cuya visión ejercía de campanilla pavloviana para los cuatro niños y no tan niños que esperaban ansiosos, salivando, el momento de ver desprecintar aquel tesoro.
Eran tiempos difíciles y aquellos muchachos y no tan muchachos, aunque no podían evitar el ramalazo infantil de querer lo que se desea al margen de toda razón,eran conscientes de que había que callar y arrimar el hombro.
Aprendieron pronto, demasiado pronto, que el serrín es terrible cuando entra por la nariz, pero que rellena muñecas de trapo que sonríen aun cuando se les está clavando una aguja.
Después fueron las pinzas, esas endemoniadas que despellejaban los dedos y los llenaban de padrastros, contar, unir, colocar para introducir los muelles en aquellas bases de metal macizo con piezas soldadas, que nada tenían que ver la una con la otra, y que seguramente habían sido ideadas y construidas por algún pseudo-ingeniero frustrado y sin recursos cuya genialidad era despreciada por una sociedad incapaz de dar cabida a su 'arte'... Eran miles, y no se podía bajar a jugar hasta que se acabaran, eran tiempos difíciles y todos lo sabían, así que no dudaban en decir a sus amigos que bajarían mas tarde mientras miraban mordiéndose el labio inferior, como sus amigos se iban con el balón bajo el brazo.
Así de básica y contundente fue esa muchacha que tuvo muy claro lo que había y lo que debía hacer. Tan morena que podría pasar por india, lista y con notas estupendas en los primeros años de instituto que mantuvo hasta el final de la carrera. Sabía que tenía que salir de la cadena de montaje casera y buscar fuera la mejor manera de hacer aquellas cosas que deseaba. Eran tiempos difíciles y esta niña no tan niña abría las puertas de lo posible, que todos, poco a poco fueron atravesando con mejor que peor suerte.
Años después, no hay reproches, resquemores, ni traumas solo recuerdos cargados de ternura, comprensión y nostalgia, eran tiempos difíciles y todos sabían lo que tocaba; años después distando mucho de ser niños aun recuerdan cuando se juntan y ríen levantando las cejas al comparar con sus hijos y sobrinos que, afortunadamente, nunca sabrán lo mucho que pica el serrín en los ojos 

miércoles, 3 de abril de 2013

Relatividades

Hay veces que por nuestra vida pasa gente con quien tienes tanto en común que asusta. Aquellos que de algún modo un tanto molesto te muestran lo básico que eres y por otra parte te tranquilizan demostrando que no eres tan rarita como pensabas, o al menos no la única.
Del mismo modo que te rodeas de muchos no tan afines, que incluso pertenecen a mundos tan distintos al tuyo que hacen que te preguntes que extraño guiño del destino pudo colocarlos tan cerca. Amplían la perspectiva acerca del mundo en que vives, contribuyen a flexibilizar criterios y confirman la relatividad de afirmaciones, que en algún momento, pudiste entender como categóricas, que el señor Einstein me perdone por dudar de Fe y haber necesitado tocar herida.
De algún modo, más o menos natural, nos colocamos y recolocamos entre los que nos hacen sentir la comodidad del 'comoencasa'; sin embargo no podemos evitar dejarnos llevar por la fascinación que provoca la mezcla de los dos rasgos básicos arriba descritos.
En según qué contextos puede funcionar con relativa facilidad y gran éxito, creo poder confirmarlo con quien considero algo así como mi versión 4.0. Tan parecida a mí que da susto, y que a la vez pertenece a un mundo tan distinto al mío que resulta curioso y sorprendente lo fácil y necesario que es.
Sin embargo en otros contextos..., en otros igual se complica... sí, se complica demasiado. Quizás en estos casos lo mejor sea resolver con urgencia y buscar altura antes de que duela...sí, quizás sea lo mejor...,joder!

sábado, 16 de marzo de 2013

Giros curiosos

Esta última semana ha sido curiosa, de esas que te hacen dar cuenta de que las cosas pueden cambiar mucho en apenas unos segundos.
Tengo la impresión de que 'intensas' es el calificativo que mejor definiría las últimas semanas, en parte porque así lo decidí y me propuse, y en parte por azar, entiendo que de alguna manera motivado por lo primero.
En cualquier caso, son estos giros curiosos, en ocasiones raros, estas escapadas de la rutina y de algún modo de la zona de confort, acelerando la sangre y dando esa sensación de vértigo, mas o menos agradable en función de las circunstancias, los que hacen que siempre merezca la pena seguir aunque, como decía Dante, solo sea por curiosidad.

martes, 5 de marzo de 2013

En ocasiones siento raro

Me gusta tender a y buscar normalidad, para mi un valor añadido, pero en según que momentos me cuesta entender y gestionar las circunstancias y eso carga mi contexto de una rareza que me desagrada profundamente. En esos momentos me da por pensar que igual me confundí de época, de lugar, de decisión, de alternativa....no se exactamente de qué, pero debe haber algún error en la ecuación. Son esos momentos en los que siento que actúo raro, con cierta rigidez, en los actos y en las palabras, hasta pienso raro, como si no consiguiese entender el mundo en el que vivo. Me esfuerzo y lo supero razonablemente bien la mayoría de las veces, pero otras simplemente no me sale.
Supongo que a esta edad en la que, en mayor o menor medida, todo el mundo se para a mirar hacia atrás con la intención de analizar, ya que empiezan a haber mas cosas de las que nos gustarían para ello, es inevitable sentir cierto vértigo. Entiendo pues que ese extraño desequilibrio enrarece la realidad que vivimos y actuamos en consecuencia.
Por mi parte me propongo dejar de desear encontrar mi sitio y conseguir hacerlo donde más me guste, así,  he hecho una especie de lista mental de cosas que hacer antes de los 40, muy peliculero, pero sin grandes pretensiones y asumiendo que hay cosas que no dependen de mi, gran paso, por lo que se acabaron los cabezazos contra la pared.
De este modo decidía huir del "gran cambio" que me tenía paralizada, demasiado grande, se me iba y al final no hacía nada, y comencé a plantearme objetivos en términos micro, mucho mas agradecidos y como tanto se estila en estos días S.M.A.R.T.
Así, entre otras cosas, empecé este espacio, dejé de fumar, retomé los pequeños viajes a falta de posibles para algo más grande (todo se andará), y me apunté a esa fricada que llevaba tiempo queriendo hacer sin atreverme. Estas y alguna que otra pequeña cosa me llevan a un fin de evaluación diría que bastante productivo y con ganas de más.
Quizás decida enfrentarme a proyectos algo más emocionales...aun tengo que pensarlo, pero me encanta la idea de recolectar pequeños triunfos y no alimentar grandes fracasos.

Turn Travis

martes, 29 de enero de 2013

28 de Enero


Hay fechas de las que trato de huir, fingiendo que no me afectan, que se manejarlo con madurez.  O simplemente evito pensar que es una fecha determinada a la que debo de algún modo dar importancia, lo que no veo no existe. Pero mi técnica favorita es montar mi propia realidad paralela, my secret life como cantaría el señor Cohen.  En este caso tengo la técnica más que dominada,  es algo que practico desde mi mas tierna infancia y que me hace sentir cómoda en días como hoy. Puede aplicarse al cualquier circunstancia,  si bien, el deseo y el amor son las más habituales,  en días tristes como hoy, también es efectivo.
No es que esté pirada o tenga episodios de esquizofrenia,  es simplemente que me gusta inventar historias,  pintar del color que más me guste aquellas vidas que no viviré,  quién sabe,  quizás algún día las escriba. Del mismo modo, entro por el mero placer de recordar, aquello que me hizo feliz o que no quiero olvidar y me esfuerzo por detenerme en los detalles.
Hoy,  por tercera vez no te felicito, y no me sirve la madurez,  ni puedo huir de la nostalgia en esta fecha, sin embargo, in my secret life puedo hacerlo, y disfrutar de aquel recuerdo, en el que tanto reías, en el patio,  de noche,  no podíamos parar, ninguno, y los vecinos empezaron al chistar,  dios,  eso fue aun peor. 
Así vierto estas gotas saladas, acompañando la sonrisa de medio lado que se ha instalado en mi cara, un espacio vacío por dentro y algo más de paz al terminar el día.
Te echo tanto de menos!!!

lunes, 31 de diciembre de 2012

Finiquitando 2012


Bueno, se acaba un año interesante, con muchas alegrías, alguna que otra pena, estreses, cambios, re-estructuraciones... Ha sido un año duro, de revelaciones extrañas, supongo que peco de inmadurez para asimilar e incluso mirar ciertas cosas y eso hace que entienda a destiempo.
Sin embargo, en ocasiones, tengo la impresión de acabarlo del mismo modo que acabé el anterior...se que no es así pero es lo que percibo. Es curioso, porque si lo analizo con calma, veo todo lo que ha pasado por mi vida en solo 12 meses y recuerdo situaciones, personas que han ido y venido, los que se han quedado, los sitios que he visto, los que he repetido, situaciones graciosas, violentas, absurdas, románticas, sórdidas, divertidas, entrañables, tristes, felices...
Hoy he leído bloggeando por ahí que la vida no es una carrera de velocidad, si no de resistencia, parece obvio no?, pues aquí sigo yo corriendo lo mas rápido posible para evitar enfrentarme con situaciones que me obliguen a resistir.
Propósitos para 2013, dejar de fumar, quitarme esos kg que se acumulan sin piedad en estas fechas para los tragoncetes como yo y sobre todo, mirar sin miedo y resistir sin pereza. Porque aunque, como este blogger decía, actuar con madurez a veces es aburrido, me esforzaré con mi espíritu epicúreo en demostrar que no tiene por qué ser así.

Solo me queda desear un gran año para todos, el primero de muchos grandes años y agradecer que me siga rodeando y me haya elegido gente tan maravillosa que me hace sentir tan especial y afortunada, solo espero poder estar a la altura y saber responder como merecen.