-“¿Qué ha sido eso?”
-“No sé, algún petardo”-
No, eso no era un petardo, notaba como la tripa se me encogía por momentos y la sangre disparaba mis movimientos llevándome casi al desmayo mientras corría hacia la ventana- “Algo ha ocurrido en el portalón”.- Un humo gris negruzco salía de aquel espacio donde lo chavales jugaban a la pelota y a las cartas para refugiarse de la lluvia estival.
Noté como se me paralizaban las articulaciones, el polvo se metía en mis ojos impidiendo que pudiese abrirlos y un grito ahogado se anudaba en mi garganta. Hay que sacarlos de allí, pensaba mientras mis piernas no obedecían a un cerebro que chillaba dejándome sorda que corriese.
Oía los gritos desgarradores, todo en la calle tornó en blanco y negro y yo seguía sin conseguir llegar al lugar, el llanto quebraba aún más mi garganta y la impotencia de no dominar las piernas me estaba volviendo loca. -“Alguien ha dado a un botón y lo ha hecho explotar”- Pero ¿de qué hablaban? No entendía nada, solo quería gritar, correr y..., por favor, solo quería que llegar a aquel lugar que cada vez parecía más lejano…
Oía los gritos desgarradores, todo en la calle tornó en blanco y negro y yo seguía sin conseguir llegar al lugar, el llanto quebraba aún más mi garganta y la impotencia de no dominar las piernas me estaba volviendo loca. -“Alguien ha dado a un botón y lo ha hecho explotar”- Pero ¿de qué hablaban? No entendía nada, solo quería gritar, correr y..., por favor, solo quería que llegar a aquel lugar que cada vez parecía más lejano…
En ese momento desperté, agitada, nerviosa, con un dolor extraño en la garganta y Los Ramones sonando descontrolados en mi móvil –“tengo que cambiar esta alarma”-pensé. Todas las mañanas pensaba lo mismo. Seguía nerviosa, pero agradecida de que todo hubiese sido solo un sueño. Me levanté y fui como todos los días, escasamente despierta, a preparar el café y la ducha. Encendí la radio para escuchar como cada mañana el resumen de las noticias y entonces lloré, “ esta noche ha tenido lugar la ofensiva más agresiva en Gaza causando numerosos muertos entre ellos decenas de niños…”, “enormes dificultades para la recuperación de cuerpos tras el derribo del avión malasio en Ucrania… “
¿Qué nos está pasando? El ser humano siempre ha sido bélico pero nunca con una capacidad tan destructiva. Presumimos de haber evolucionado, de ser conscientes del valor de la vida y capaces de organizarnos para crear. Es terrible saber cuan reales son estos sueños, escenas que se repiten con una pasmosa normalidad en multitud de países aparte de los mentados como Siria, Sudan, Yemen, Irán, Mali, Somalia, Pakistán , Afganistán..., por mencionar solo algunos, y que actos salvajes: secuestros masivos de niñas, asesinatos indiscriminados, palizas por raza, sexo o condición sexual, bombardeos, tortura...,que tienen lugar a diario. Con la misma normalidad que ocurren, se cuentan y se interiorizan en otras partes del mundo y, para nuestra vergüenza, no pasa nada.