Los mas leídos...cada uno sus motivos

viernes, 15 de julio de 2016

Cuidadín con lo que se desea

Los que me conocen bien saben que tengo tendencia a situaciones ridículas, absurdas y en ocasiones incluso esperpénticas, siempre he pensado que Valle-Inclán se hubiese frotado las manos conmigo, quien sabe, igual como compañera de Max Estrella con billete de lotería incluido. 
Me tranquiliza que en mi entorno no soy la única, se que es consuelo de tontos pero no puedo evitarlo, siempre es más fácil contárselo a aquellos que han pasado por situaciones similares, no te miran como si fueses un bicho raro y empatizan mucho más.
Afortunadamente soy de risa fácil y salvo la tremenda violencia que me producen estos acontecimientos con una gran sonrisa, alzada de cejas y giro de ojos contrario a las agujas del reloj, mientras una voz en off me dice “de qué te sorprendes?!”. Ha sido un gran descubrimiento esta técnica solo alterada por alguna ráfaga fugaz y a traición, donde se cruza la imagen en cuestión por la cabeza, en mi caso suele ser en casa, obligándome a cubrir la cara con lo primero que pille como si me pudiese ver alguien, “aaaayyyyyggggggghhhh”. En alguna ocasión he mantenido la cara cubierta por una manta durante los minutos que tardo en darme cuenta de la estupidez de gesto.
Es posible que no sea una cuestión de azar, incluso podría ser algo propiciado. Hace años conversando con quien fue una gran amiga y colaboradora de formulación de teorías domésticas, encontramos un punto en común de muchos de los sucesos más absurdos que nos habían ocurrido, huelga decir la tarde de risas y cubrimientos de cara con aaayyyggggss que pasamos. Muchas de ellas eran comunes, siempre se llevan mejor en compañía, y en gran cantidad venían precedidas de algún deseo previo al que podía asemejarse, eso si, parodiado.
No supimos si alegrarnos de “conseguir” lo que queríamos, o echarnos a temblar por los resultados. Finalmente, como somos de naturaleza práctica aun a pesar toda la verborrea que sobraría en muchas de nuestras conversaciones, encontramos que el motivo, al menos a nuestro entender; era que nunca especificábamos lo que queríamos; cumplir se cumplía pero... cómo!!?? aaaahhhh!!!

domingo, 3 de julio de 2016

Sin noticias de Gurb

El otro día me recordó el caralibro esta charla que pegué en mi muro hace años, para sopor de los que eran y los que se decían mis amigos.
Desde ese día me han surgido varias conversaciones similares..., casualidad? Pues seguro, en cualquier caso aquí la dejo para sopor de quien se deje caer.
...

No, no es que vaya a vestirme de Conde Duque de Olivares ni dejarme arrollar por el autobús 17 Barceloneta-Vall D'Hebron. Una amiga muy lista , que logró sacarme una sonrisa hace un tiempo con este libro, a pesar de la que estaba cayendo, me lanzó hace unos días la siguiente reflexión: "me niego a ver como algo normal que la gente desaparezca de nuestras vidas sin al menos una despedida". En según qué contextos hemos normalizado las idas y venidas de la gente sin saludos ni despedidas. Desde luego lanzada la idea al aire es una descortesía inaceptable, pero seguro que todos lo hemos hecho alguna vez y desde luego nos hemos encontrado en nuestro particular Muelle de San Blas esperando a alguien que no tenía intención de volver.

Yo cada vez espero menos, es más, ya casi no espero nunca, pero esta idea de lo que ha servido, sobre todo, es para plantearme actuar en consecuencia, total, qué me cuesta lanzar un "espero que vaya bien, mucha suerte".....pues eso, que no cuesta nada.