Los mas leídos...cada uno sus motivos

jueves, 23 de julio de 2015

T1

Es esta, la relegada al lowcostismo, definitivamente mi favorita.
Sin trenes automáticos, sin ondas o focos espaciales en el techo. 
Con esa cristalera que presenta a  nuestro particular Entrerprise antes de montarlo y que, años antes de la psicosis terrorista y de extrema seguridad, hacia las delicias de niños, y no tan niños, que ajenos a un futuro lleno de estímulos, miraban fascinados, alguna que otra tarde de paseo dominical, aquellos vehículos que despertaban su imaginación y deseo de llegar a tierras lejanas.
Recuerdo a mi padre sonreír a mi ingenuidad cuando le preguntaba si eran capaces de llegar a Ávila. Se agachaba a mi altura, ahumando mi cara con su cigarro, y alzando la mano hacia el horizonte decía: pueden llegar hasta América!! Entonces me pegaba más al cristal, como si así pudiese traspasarlo, trasluciendo su transparencia con la grasa de mis manos y el vaho de mis anhelos, para desgracia del personal de limpieza.
Es uno de esos recuerdos en blanco y negro, que se enmarañan con otros y quedan a disposición para definir al gusto, como aquellos libros que dejaban elegir tu destino. 
Esta ha sido mi elección de hoy, en vista de lo poco de aquello que queda aparte del genial escaparate,  en un segundo plano desde que, los chavales, prefieren hacer cola en la hamburguesería del come rápido y vuela.
Yo te seguiré prefiriendo, gracias por mi recuerdo.



sábado, 4 de julio de 2015

Yo pido con...

Supongo que como fruto de esta febril ola de calor que está causando tan indeseada vigilia en todos los que la sufrimos lejos del aire acondicionado nocturno, hoy me he visto inmersa en una conversación, cuanto menos lógica. 
Traía a colación no sé qué estudio que se había hecho sobre los beneficios e inconveniente de dormir solo o acompañado.
Por un lado las ventajas físicas del sueño en solitario, cuando hay espacio, silencio y tranquilidad. Por otra parte, como contrapartida, el componente afectivo y  los enormes beneficios emocionales y psicológicos de compartir cama con alguien con quien se tiene algún vínculo afectivo.
Yo, que sé valorar un buen sueño como algo realmente necesario y reparador, he de posicionarme al otro lado de la línea. Prefiero acostumbrarme a dormir con ruidos, movimientos o extra de calor con tal de sentir en mi espalda su cuerpo, oír cómo respira, entrecruzar las piernas en un momento de la noche solo para confirmar que sigue ahí, cerca, notar como su mano en mi cintura me atrae hacia él, buscarlo cuando algún ruido me despierta, percibir la distancia en los días de calor y el deseo al despertar retando si es necesario, las altas temperaturas.

No soy de practicidad, no me cortaré el pelo para no tener que peinarlo ni me pondré velcro por no atar y desde luego, si de mi depende no dormiré en camas distintas por no adaptarme a los pequeños inconvenientes que pueda tener sentir piel…sentirlo en mis brazos…