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martes, 29 de enero de 2013

28 de Enero


Hay fechas de las que trato de huir, fingiendo que no me afectan, que se manejarlo con madurez.  O simplemente evito pensar que es una fecha determinada a la que debo de algún modo dar importancia, lo que no veo no existe. Pero mi técnica favorita es montar mi propia realidad paralela, my secret life como cantaría el señor Cohen.  En este caso tengo la técnica más que dominada,  es algo que practico desde mi mas tierna infancia y que me hace sentir cómoda en días como hoy. Puede aplicarse al cualquier circunstancia,  si bien, el deseo y el amor son las más habituales,  en días tristes como hoy, también es efectivo.
No es que esté pirada o tenga episodios de esquizofrenia,  es simplemente que me gusta inventar historias,  pintar del color que más me guste aquellas vidas que no viviré,  quién sabe,  quizás algún día las escriba. Del mismo modo, entro por el mero placer de recordar, aquello que me hizo feliz o que no quiero olvidar y me esfuerzo por detenerme en los detalles.
Hoy,  por tercera vez no te felicito, y no me sirve la madurez,  ni puedo huir de la nostalgia en esta fecha, sin embargo, in my secret life puedo hacerlo, y disfrutar de aquel recuerdo, en el que tanto reías, en el patio,  de noche,  no podíamos parar, ninguno, y los vecinos empezaron al chistar,  dios,  eso fue aun peor. 
Así vierto estas gotas saladas, acompañando la sonrisa de medio lado que se ha instalado en mi cara, un espacio vacío por dentro y algo más de paz al terminar el día.
Te echo tanto de menos!!!

domingo, 27 de enero de 2013

Lo relativo del momento


De nuevo cometo la torpeza de concretar planes findesemaneros a horas tempranas. Planes geniales, que tornan en dramáticos durante los minutos que me lleva arrastrar torpemente el cuerpo fuera de la cama, en esos sábados que tanto gusta saborear entre sábanas, hasta que el olor imaginario a café y pan tostado nos hace salivar y saltar del lecho con alegría.
Ahora me quejo de vicio, ya despierta, preparada y con ganas de tirarme a la calle, pero el momento despertador,de crueldad impasible, con los Ramones al máximo de potencia hizo que se me erizara el vello y se encogiesen las tripas de un modo nada romántico.
Esto es lo que pensaba ayer antes de salir de casa. Hay que ver lo relativo que es todo en función del momento. El sábado fue un día estupendo, de los mejores que he pasado. Ruta fotográfica por un Madrid de a 15 grados en enero, con un sol fantástico, nada propio de estas fechas,  casi indecente. Buena compañía, gran paseo, muchas fotos acabando con todas las baterías y unas cañas para terminar (si no cuento las agujetas de hoy, que más bien están acabado conmigo).
No se si me estaré haciendo mayor, pero lo cierto es que cada vez me seducen mas estos planes, aunque impliquen "madrugón" indeseable, refunfuñón de carencia sabanera.

martes, 22 de enero de 2013

Al finalizar....os hiero


Siempre he sentido especial predilección por lo que denomino, insultos dieciochescos. Que a nadie lleve a error este término, jamás me tomé la molestia de descubrir su origen y no tengo ni idea de cuando datan, así los llamo para dar a entender que son aquellos que se decían hace años y que, sin duda definían a la perfección y con un toque de elegancia que ahora echo de menos, lo que resumimos en tanto “cabrón, joputa' , gilipollas” y variante. Estos tan actuales y que sin duda y como todos, utilizo en mi día a día, sin embargo me desagradan profundamente, y de manidos pierden definición semántica, a mi entender. Quizás por ello, y sin mucho éxito aunque prometo perfeccionar la técnica, cuando realmente siento la necesidad de definir en negativo un acto o comportamiento desagradable me remonto al insulto dieciochesco, que aparte de sonarme mejor, creo que definen con más precisión y el impacto causado se me antoja más efectivo.

Así, aumentar los datos sobre el/la gilipollas en cuestión a quien nos referimos: con un zafio o patán si además es grosero; mentecato, inepto, necio, fatuo, zoquete, mendrugo, insensato o tarugo, cuando son de escasas entendederas y petimetre o presuntuoso cuando exceden en chulería.
Del cabrón/a, que a su vez puede ser un miserable (mi favorita sin duda), despreciable, mezquino, ruin,estas últimas si además es avaro o pobre de espíritu; bellaco, mercachifle, bribón, truhán, tunante, canalla (esta tiene su aquel) si son gentes de poco fiar.

Puede que en estos tiempos en los prima el ahorro, solicitar derroche en palabras pueda convertirme en una atolondrada, energúmena o insensata, pero desde luego prefiero un duelo cyranico a la escena grotesca que he tenido que presenciar esta tarde en un metro en hora punta de huelga.

Esto es de hace unos meses, lo rescato porque me he vuelto a encontrar una de esas escenas en las que se echa de menos el insulto dieciochesco y sangran las orejas con tanta ordinariez.

domingo, 20 de enero de 2013

Bitacora ex-nicotínico after Tarantino

Vuelvo a requerir de este espacio para redireccionar el extra de "energía". En este caso con el añadido de asimilar una película de Tarantino sin fumar un cigarro en el mismo momento en que se pone un pié fuera del cine. No solo matan las ganas por el recurrente humo en sus películas, sino por la carga tan brutal de adrenalina que transmiten, que imprimen un deseo de fumar similar al de después de un encuentro sexual cargado de tensión..., salvaje.Voy a tener que agradecer no tener pareja en este momento, no se si podría soportar un encuentro así sin dar una calada profunda al pitillo, prefiero encontrarme en esta tesitura cuando tenga más controlada mi adicción.
Volviendo a la película, Django, nada más y nada menos que 3 horas, y un derroche de sangre y violencia tan brutal y propio del director como nos tiene acostumbrados. He de reconocer que me sorprende la fascinación que siento por este señor y sus películas. Siempre he sido defensora del interlineado y he abogado por la sutileza, considero de una belleza sublime escenas como la paliza que dan al señor Bond en su enfrentamiento con el Dr. No, en el que no se ve ni uno de los puñetazos que le dan, o la impactante escena del reflejo del vampiro en la genial obra de Murnau en 1922, Nosferatu; estas escenas sobrecogen, asustan, intimidan y erizan el vello sin necesidad de mostrar su lado más crudo, cambian carne por sensaciones, y el efecto es delicioso y aterrador.
Sin embargo he de reconocer que disfruto enormemente con la especie de orgía visceral tan propia de Tarantino, me encantan sus películas y adoro la selección musical, siempre sorprendente y brillante. Me gusta el guiño a Hitchcock con ese espacio que se reserva,simplón y con toques ridículos.Consigue hacer reír con el más absoluto absurdo en medio de una crueldad desmedida. En escenas propias de las películas de terror y casquería que tanto proliferaron en los 90, encontraremos partes que bien podrían semejarse a "La vida de Brian", que consiguen en el peor de los escenarios arrancar una carcajada que precede a unos dedos entreabiertos delante de los ojos.
En definitiva, supongo que algo de pirados tendremos los que de algún modo adoramos a este ser extraño con perfil de psicópata, no diré que me asuste, pero si me intimida la idea de que me seduzcan sus películas, así como las de gangsters. Es posible que, del mismo modo que derivo mi energía nicotínica a través de este espacio, elimine mi agresividad a través de la de otros mediante las películas...si es así, desde luego conmigo funciona

jueves, 17 de enero de 2013

Bitacora ex-nicotínica

Como ya comenté y preví, este espacio es el más adecuado, a mi parecer, para derivar la "energía" de la que hablaba mi acupuntor, esa que produce mi organismo para el cigarro que no se fumará,  en acciones positivas que generen reacciones diferentes.
Este quizás sea de los momentos más complicados, ese momento en el que el día finaliza, todas las tareas están cumplidas o postpuestas para el día siguiente, cena terminada y descafeinado calentito en la mano. En la  TV las noticias, resumen rápido, y en la mesa el portátil que hoy promete Sopranos, sofá, manta y..., pues eso, y post energético en positivo.
Voy camino de mi tercer día sin tabaco y no podría definir si me resulta fácil o difícil. Hay horas que ni me acuerdo pero en ocasiones tengo incluso la impresión de tener un cigarro encendido en la mano, qué absurdo y fascinante lo que es la cabeza y las costumbres pueden conseguir. Lo que tengo es una nostálgica sensación de que algo se me olvida, ja, es bastante curioso.
Otra de las cosas que noto y que ya me habían comentado, es que de repente siento más el tabaco en mi pecho, estoy empezando a toser y tengo un extraño y desagradable sabor a tabaco en la garganta. Esto, aunque se sabe, sorprende porque en el fondo, cuando se deja, esperas notar mejoría inmediata y no un previo paso por una desagradable desintoxicación física. Quien sabe, igual esto venga bien para tomar cierta aversión al causante...o no.

Giving up...just smoking


Esta es una de esas ocasiones en las que, por doloroso y duro que sea, madurez manda.
Así, he decidido que, tras acompañarme durante gran parte de mi vida, estar ahí en los mejores y los peores momentos; catalizar mi tensión, estrés, entusiasmo, vergüenza, alegría, euforia,esperas ;marcar los antes, los después y rellenar huecos de tedio; acompañar cafés, copas y largas sobremesas...es el momento de que esta relación se acabe..;sin duda, es el momento de que esta relación se acabe. Porque, tras tanto tiempo me sigues encantando, podría decir que te quiero pero...sin duda, me quiero mas a mi.1 día sin tabaco, primero en demasiados años.
Me recomienda el Sr. Rojas Villalba, que a picotazos me ayuda a controlar la situación y a superarlo del mejor modo posible,que cuando realice una acción que hubiese precedido a un cigarro, busque una actividad de sustitución para la reacción. El motivo es que, cuando esto ocurre, el organismo se prepara para reaccionar como siempre lo ha hecho, es decir genera una serie de reacciones químicas dirigidas al consumo del cigarro que liberan sustancias adecuadas para su adaptación, esto podríamos denominarlo energía. Bien, pues es fundamental reconducir en positivo esa energía. Temo que esto derive en mas de un post fruto de la ansiedad y el síndrome de abstinencia, pido disculpas por adelantado, no es fácil un buen resultado, cuando el no humo nubla la mente.

viernes, 11 de enero de 2013

Manos


Hace unos días, con amigos, salió una de esas conversaciones, rellena-huecos, tan recurrerentes entre cervezas. Qué parte del cuerpo, propia o ajena, es la que mas nos gusta o en la primera que nos fijamos. Todo lo que se os haya pasado por la cabeza seguro que está en primer o segundo lugar en el ranking, no me cabe duda, y me parece natural, sin embargo mi parte favorita son las manos. No solo por su uso más práctico, que huelga describir, si no por su lado más sutil.
En mi caso reconozco una sensibilidad especial en y por esta parte del cuerpo, tiendo a tocar todo lo que se me pone delante, como si no hacerlo me impidiese verlo y a la vez, cuando algo me produce rechazo, las cierro en puño y retraigo el brazo. Las guardo a buen recaudo, cuando la persona que tengo en frente no me inspira confianza, y las saco de más cuando me atrae o siento un cariño especial.
Supongo que algo tendrá que ver con la infancia y ese ir enganchada, casi en volandas, de la mano de mama, esa seguridad que se sentía y que de mayor instintivamente se transmite a los más pequeños, dar la mano, acariciar la cabeza, como símbolo de protección y cariño, que desde luego funciona.
Por otra parte, su componente más sensual, y sin entrar en las caricias mas propias. Rozar casi imperceptiblemente la mano de alguien a quien se desea, acariciarla o mantenerla a una distancia tan corta que comprima el escaso aire entre ellas hasta hacerlo casi sólido, hace que ese momento se cargue de un tremendo erotismo, al menos para mi, que para estas cosas soy mas de tripas que de cerebro.
Así pues, sin restar valor al resto de nuestra anatomía, yo me quedo con las que, torpemente y tecla a tecla han escrito esto.


Esto también es de hace meses pero, como digo al principio, es un tema recurrente, y hoy ha vuelto a mi momento caña y amigos



miércoles, 9 de enero de 2013

Cuestión de piel

-Recuerdas el día que nos conocimos?
-¿Perdona? Cariño he perdido la conexión, ¿puedes repetirlo?
Eva sonríe de lado mientras ve como Juan mueve los cables del portátil.
-Digo, que si recuerdas cuando nos conocimos.
-¿Qué pregunta es esa? Claro que lo recuerdo! Fue en aquel bar al que ibas tanto con tus amigas. Yo era la primera vez que iba y en cuanto te vi, supe que me quedaría toda la noche.
-Es lo que dices siempre.
-Es que fue lo que pasó.
-Ya.
-¿Te pasa algo? Espera que pierdo señal
Eva frunció el ceño
-¿Por qué pones esa cara?
-Juan, esto no funciona
-Ya, hoy está raro, dame dos minutos
-No me refiero al portátil, nuestra relación no funciona
-¿Por qué dices eso?
-Yo necesito verte Juan
-Si nos vemos todos los días
-¿A esto le llamas verse? quince minutos de Skype, emails, whatsapp...Juan yo necesito VERTE, necesito tocarte.
-Sabíamos que iba a ser duro.
-También que iba a ser temporal y esto no para de alargarse.
-Es una gran oportunidad Eva, no podía rechazarlo.
-Lo se, Juan,-Eva suspira- lo se...pero..
-Pero ¿qué?
Eva nota como se humedecen sus ojos y baja su voz a apenas un hilo.
-¿Sabes? Ya no recuerdo el día en que nos conocimos
-Claro que lo recuerdas!
-Antes si Juan, todos los días, y te sentía cerca al recordarlo, pero con el tiempo dejé de hacerlo. Del mismo modo que dejé de recordar el olor de tu piel, el tacto de tu pelo y el sabor de tus labios.
-Solo hace tres semanas que no nos vemos.
-Hace meses que me cuesta recordar Juan.
-Espera no te he oído, malditos cables!!!
-Adiós Juan

martes, 8 de enero de 2013

Te puedo dar todo, añadía, incluso entusiasmo...

Se acaban las fiestas de navidad y todo el mundo vuelve a la rutina. Parece que este año tantos días de fiesta, tanto para los que cogieron vacaciones como para los que no, nos han dejado sin energías y el clima no favorece, esta niebla tan británica no es fácilmente gestionable para los que acostumbramos a lidiar con el frío seco y cortante.
Aquí empieza el que para mi es habitualmente, el mes mas largo. Digo que empieza aquí porque desde esta fecha siento que los días y las semanas se ralentizan y me cuesta horrores alcanzar febrero. Será por la famosa cuesta, por la cantidad de semanas por delante sin un triste día de fiesta o porque a El Corte Inglés satura en exceso con sus rebajas, acudiendo incluso a Sabina con una de mis favoritas: "te puedo dar todo, añadía, excepto entusiasmo..."
Este año, "el genial 2013" como le ha denominado una buena amiga, por algún motivo miro a enero de otro modo y me gusta. Se me hace incluso escaso para los planes que tengo previstos, dejando un leve margen para dar cabida a algún otro que pueda surgir. He decidido dar carpetazo a falsas expectativas que alargaba de un modo absurdo por esta imaginación, tan traicionera en ocasiones, que ve cosas donde no las hay y que impide que nuevas ilusiones se abran paso. Y tengo por primera vez propósitos claros de año nuevo, y firme propósito, valga la redundancia, de cumplir con ellos.
Comienzo el año con ganas de coger las riendas y de acabarlo con una sonrisa y más energía para emprender nuevos proyectos en los años venideros. Comienzo el año queriendo dar todo...incluso entusiasmo

jueves, 3 de enero de 2013

Primeras veces


    Siempre hay una primera vez, o eso dicen. Yo hoy cumplo con, podría decir, una primera vez y media. Me hace especial ilusión ir por primera vez en AVE, probé el francés, y ya tenía ganas de volar con este. La media es por un asunto pendiente que desde hace años tengo con Hispalis y que espero resolver. Siempre he tenido querencia al tren, supongo que haber casi convivido con él durante tantos años...ha tenido algo que ver, al igual,quizás, que alguna que otra película.
    Aun recuerdo como podían incluso marcar nuestros ritmos, así, a las dos en punto el Alí Babá pasaba con sus 40 vagones y, como por arte de magia, el nombre de algún muchacho salía propulsado desde alguna de las ventanas del vecindario, generando una reacción en cadena de nombres en el aire que venían de todas partes, y que hacían que fuésemos a casa disparados, en esa edad en la que no se concibe llegar a ningún sitio si no es corriendo.
    La cantidad de monedas aplastadas, farolillos rotos, amagos de vírgenes suicidas por dramas del corazón, fiestas en la estación...todo acababa ahí pasando frío y sin saber muy bien por qué seguíamos bajando cada día. Todos esos Madrid-Avila, interminables, pero que a medio camino resolvían la impaciencia con un delicioso bombón nata que salía del carrito del señor más querido del vagón. El interrail, dudo haber podido soportar tanto trayecto en otro medio de transporte, cercanías, regionales, talgos, altarias...traqueteo...mmmmm....me encanta!!
    23-nov-2012

    Esto es de hace algunas semanas, lo rescato porque últimamente estoy en racha de primeras veces, mejores y peores, pero cualquier caso....primeras veces

martes, 1 de enero de 2013

Odio

Odio los día 1 de enero.
Odio sentir que el 31 debo hacer algo especial, mas porque hay que hacer algo que por apetencia.
Odio que en estas fechas me de esta tristeza extraña y esforzarme continuamente por fingir que no la siento.
Odio hablar con la gente y que sientan lo mismo.
¿Qué nos pasa en Navidad que nos deja tan faltos de energía y con una rara sensación de soledad, cuando en realidad vemos y compartimos nuestro tiempo con mas gente en unos días que en el resto del año al completo?
Supongo que tanto bombardeo mediático, adornos, películas, escenas de vidas cargadas de felicidad, solo nos hace mirar la propia con cierto desdén. Elementos comparativos crueles a los que dificilmente podremos hacer sombra ya que, incluso en el mejor de los escenarios, habrá numerosas carencias y seremos, en estas fechas, inevitablemente conscientes de ello.
Odio ser tan ingrata con mi vida, y sobre todo con mi entorno en estos días.
Odio empezar el año con la palabra odio.