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martes, 2 de julio de 2013

No todas las mujeres fingen jaquecas


Hablaba con amigos cuando sintió su presencia justo detrás de ella, a pesar del tiempo transcurrido no necesitó darse la vuelta, sabía que era Él, algo que no podía explicar le generaba una reacción física difícil de ocultar. Era el momento de salir de allí de un modo discreto.

Hubo un tiempo en que se sentía diferente, aquel tiempo en que temerosa de Dios sufría al percibir que algo "raro" debía ocurrir con ella, esas sensaciones y esa necesidad orgánica que aparentemente nadie sentía... Una férrea educación católica y algunas recomendaciones de los mayores sobre las virtudes en la mujer fueron las causantes de que demonizase sensaciones tan maravillosas como naturales e inevitables.
Las mujeres no debían tener esos pensamientos, esos deseos, eso era cosa de hombres. Ellos no podían evitarlo, entre tanto las mujeres gestionaban la desgana como podían con jaquecas y si se daba el caso, miradas a otro lado cuando de incursiones maritales nocturnas se trataba.
Fueron pasando los años, tras una durísima negociación con su conciencia, Dios se retiró de su vida. Heroínas literarias de siglos pasados cargadas de pasión restaron rareza a su deseo y finalmente, Él apareció para demostrar que si aquello era extraño en una mujer...bienaventurada fuese su extrañeza.

Sintió su presencia tan cerca que el aire se hizo más denso, le costaba respirar. Se mordió con fuerza el labio inferior cuando oyó su voz "¿Dejaré algún día de desear besarte?"
Ella se giró, "¡Claro!", contestó con la suficiencia de quien ha superado su necesidad, miraba directa a sus ojos, con media sonrisa para dar más crédito a su mentira.
Él sonrió mirando desde abajo y se acercó para susurrar a su oído "Sé que aun deseas que te bese".

Lo miró con desdén moviendo la cabeza como cuando se desaprueba el acto de un niño, y se dirigió a la puerta.
Solo tenía que llegar a la puerta y salir. Su respiración se entrecortaba y temblaba de un modo difícil de controlar, pero aquella historia de idas y venidas, de gran intensidad para bien y para mal, ya había durado demasiado, más de lo que debió haber permitido, y ninguno de sus episodios acabó bien.
Ahora estaba tranquila, había decidido darse una oportunidad con Paco. Era un buen hombre, atento, amable, la quería y sería un gran compañero. Cruzó la puerta pensando en esto y entonces lo vio, algo faltaba en la lista de calificativos de su relación con Paco. Huyendo de relaciones convulsas buscó la calma a costa de la pasión, una pasión que ni la congoja divina había conseguido mermar años atrás, faltaba aquello que durante tanto tiempo la hizo sentir tan viva.
Paró en seco, "Pero...¿qué estoy haciendo?" No quería locuras descontroladas, pero ella ya sabía lo que era tocar el cielo y no, no era ni sería de las que fingían jaquecas.
Sacó su teléfono y respirando profundo marcó mientras reanudaba lentamente su camino hacia la salida -''Paco! ¿Podemos vernos?.. Tenemos que hablar...''

8 comentarios:

  1. Muy cierto, Nurocas, todas las mujeres no fingen jaquecas ni dolores premenstruales. Algo ha cambiado. No sé qué inventan los hombres para escaquearse. Cariño, he tenido un día muy duro... ¿quizá?
    No tenemos remedio.
    Hasta otro rato, un beso.
    JP

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  2. Jajaja, sí, quizás eso, o aquello de "pero cariño, si hoy no es sábado" :)
    Reivindico mas pasión, y no solo en la alcoba.
    Un besazo

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  3. No querría hablar como oráculo, pero la experiencia propia, de amigos, conocidos y pacientes me ha mostrado que el amor se polariza de esa forma, no hay vueltas: O bien tienen una relación apasionada, pero tumultuosa, o bien una relación 'sana', tranquila, pero terriblemente aburrida.
    Yo busqué un término medio, ya que mis relaciones extremadamente apasionadas me trajeron centenas de problemas, pero no lo encontré. Eso sí, aún no perdí la esperanza.
    Un beso enorme.
    HD

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    1. Supongo que es así en la mayoría de los casos, y que experiencias propias y ajenas se hinchan a demostrarlo. Sin embargo aunque peque de ingenua, o excesivamente humana por eso de tropezar hasta la saciedad con la misma piedra, me gusta pensar que el aristotélico punto medio es posible, sin los problemas de una relación únicamente basada en la pasión, ni el tedio de una cuya base es la tranquilidad.
      Me alegra que no pierdas la esperanza, por aquí dicen que el que la sigue la consigue...
      Un besazo
      Me encantan tus aportaciones :), muito obrigada

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  4. Hay que copular más: una parte de la relación tumutuosa, pasional y a saco en la alcoba (como dices) Y otra parte más tranquila y más como "con Paco". No hay que elegir...

    Lo mejor es tener a alguien quien compartir aficiones, charlas y momentos con quien solo haga falta un beso, un roce o similar para que la cosa se vaya de las manos...no?

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    1. Yo diría K. que no es solo una cuestión de cantidad (que también es importante), sino y sobre todo de calidad y de intensidad.
      Lo complicado y lo realmente bueno es precisamente eso, encontrar alguien con quien tener ese punto medio de absoluta complicidad, no necesariamente perfecta pero si relajada, intensa y completa. Algo bonito, divertido y sexy, sin malos rollos, convulsiones ni conformismos.
      Lo importante es tenerlo claro y seguir buscando, como los premios en los chicles cheiw, solo que en este caso el premio se prevé mucho mejor :)

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  5. Ummm... Bien por ella, que no se resigna a pasar por la vida como si fuese un ensayo general. Esto es lo que hay. Vive, disfruta, diviértete, ama. Lo ideal es hacerlo con alguien a quien quieres, con una compañía que sabes que no te fallará si enfermas o que no se marchará (o no te dejará marchar) sin una explicación. Pero...
    Si no es posible... Has dejado un final abierto. Todos sabemos lo que quiere decir eso de "Tenemos que hablar", pero no sé, me gustaría que Paco se pusiese las pilas.

    un beso.

    PS: Qué grande, grande, grande, Silvio.

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  6. Si, desde luego que Paco se pusiera las pilas sería genial, aunque igual no es culpa de Paco, igual no fluye entre ellos lo que debería fluir. Hay veces que por algún motivo las cosas no se desarrollan con normalidad, pero no tiene por qué depender de una de las partes.
    En cualquier caso, como bien dices, lo ideal es poder vivir, disfrutar, divertirse y amar con alguien a quien quieres, eliges y te elige como compañero, con todas las consecuencias, de este viaje incierto
    Un beso
    PS: Silvio es tremendo!!

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No suelo ejercer de censora, pero prefiero mirar primero, comprensible, no?