No, no es que vaya a vestirme de Conde Duque de Olivares ni dejarme arrollar por el autobus 17 Barceloneta-Vall D'Hebron.
Una amiga muy lista que hace tiempo, con la que estaba cayendo, logró sacarme una sonrisa con este libro, me lanzó hace unos días la siguiente reflexión: "me niego a ver como algo normal que la gente desaparezca de nuestras vidas sin al menos una despedida".
En según qué contextos hemos normalizado las idas y venidas de la gente sin saludos ni despedidas. Desde luego lanzada la idea al aire es una descortesía inaceptable, pero seguro que todos lo hemos hecho alguna vez y desde luego nos hemos encontrado en nuestro particular Muelle de San Blas esperando a alguien que no tenía intención de volver.
Yo, cada vez espero menos, es más, ya casi no espero nunca, pero esta idea de lo que ha servido, sobre todo, es para plantearme actuar en consecuencia, total, qué me cuesta lanzar un "espero que vaya bien, mucha suerte".....pues eso, que no cuesta nada.
Yo, cada vez espero menos, es más, ya casi no espero nunca, pero esta idea de lo que ha servido, sobre todo, es para plantearme actuar en consecuencia, total, qué me cuesta lanzar un "espero que vaya bien, mucha suerte".....pues eso, que no cuesta nada.
Nurocas, no importa que no actualices, tengo tanto para leer tuyo...
ResponderEliminartengo tanto para aprender en "aulas vacias" y sentarme con una fabulosa oradora como tu,
estoy de acuerdo contigo, esta claro que no sólo en esta entrada, que me atrapas escribiendo, y eso que cada vez espero menos...
Besos inmensos, AMIGA
tRamos
Muchísimas gracias por tus palabras tRamos, siempre tan generosa. No imaginas lo mucho que valoro tus palabras. Espero poder dedicar pronto el tiempo que merecen a tus genialidades.
EliminarMuchos besos