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martes, 22 de octubre de 2013

Los siete dedos de la mano

Este sábado un poco por casualidad, algo que últimamente empieza a ser recurrente con las cosas buenas que pasan por mi vida, pude contemplar un espectáculo maravilloso. Uno de esos que sin duda volvería a ver, si consigo encontrar mis ojos que se cayeron de tanto abrirlos y deben estar entre las butacas de esa segunda fila, quién sabe si en busca de una nueva vida más dedicada al arte de lo que yo puedo ofrecerles. 
Creo que al menos debería nacer 4 veces, empezar a los 4 años y entrenar 4 horas diarias para llegar siquiera a soñar con hacer algo tan bello. ¿Que por qué tanto 4? No se, igual por ser 2+2, o 2X2, o 2 al cuadrado, ese 2  que por algún motivo es mi favorito y para según que cosas tiendo al fetichismo numérico eso sí, sin atribuirle cualidades mágicas. Pero basta de dispersar, que últimamente también tiendo más de lo habitual y eso ya era mucho.
Unas barras, un balancín unos aros y mucha fuerza, no necesitaron mas para emocionarnos y hacernos contener la respiración con aquella sensación del mas difícil todavía que en sus caras y por sus comentarios chistosos con acento canadiense, bien podía parecer un paseo por el parque.
Nunca imagine que una manifestación de fuerza tan contundente pudiese ser tan bella y delicada. Casi como si ralentizasen el tiempo o pesasen e hiciesen pesar los objetos mucho menos que el aire para mantenerse y mantenerlos por mas tiempo con  un sinuoso y melódico movimiento, como si pudiesen volar y solo bajasen por decisión propia, jugando con la gravedad con la que, sin duda, han negociado muy ventajosamente.
La puesta en escena  y la interpretación si excesos pero realmente hermosas, sublimes, y muy creativas. 
No se si lo que sentí fue envidia, admiración o simplemente gratitud por mostrarme de lo que el ser humano puede ser capaz solo con un cuerpo, mucha fe y la necesidad orgánica de llevarlo suavemente al límite con gran creatividad, desafiando a la naturaleza y condensando semejante tensión en carcasas tan aparentemente frágiles. 
Sencillamente maravilloso

4 comentarios:

  1. Arte físico, habilidades interpretativas, música extasiante, vestuario, esta fusión de presencia en un escenario es lo que nos permite evocar emociones y todo forma parte de la sorprendente naturaleza humana.

    En otra ocasión para que no te caigan los ojos ante algo tan bello grita muy alto por favor ayudarme a mirarrrrrrrrr.

    Abraciños desde Galicia.

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    1. Exacto evocar emociones, emocionar y emocionarse, tan difícil y tan sencillo.
      Gracias por el consejo, si consigo recuperar mis ojos los mantendré a buen recaudo en el futuro :)
      Un abrazo y graciñas por tu comentario

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  2. Nunca presencie este tipo de espectáculos, pero me dieron ganas leyendo tu post. El hombre puede hacer maravillas con su cuerpo si trabaja con disciplina dedicando horas y horas para entrenar. Yo hice danzas clásicas muchos años y sé que cada logra, cada técnica requiere muchísimo esfuerzo, cocentración y entrega.. para luego disfrutar de los resultados. Cariños.

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    1. Hace años vi "Dreams, Reflejo del alma" un espectáculo inmenso en todos los sentidos, con todos los ingredientes para impresionar, puesta en escena, decoración, espacio, vestuario y sin duda un gran, gran, gran presupuesto. Fue maravilloso, no sabía ni donde mirar.
      Pero el que vi el sábado, siendo en pequeñito, pocos artistas, pocos recursos estéticos, un vestuario básico y sin nada que despiste... me pareció perfecto, delicioso, íntimo y absoluto, no hacía falta mas, art for art's sake.
      Es impresionante ver cómo ese esfuerzo del que hablas se materializa en algo tan bello.
      Un gran abrazo

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No suelo ejercer de censora, pero prefiero mirar primero, comprensible, no?